Nuestra Señora de la Merced
Por
Emma Margarita R.A. Valdés
En mi cuerpo mortal mi cárcel, mi condena,
prionero y exclavo del dolor,
de la muerte, del mal, de la humana miseria.
Madre de la Merced, manantial de ternura,
líbrame de cadenas y grilletes,
de mi debilidad, de nis necias locuras.
Acércame al Amor, la Paz, la Libertad,
llena mi oscuridad de resplandores,
de la divina Luz del reino celestial.
Por tu misericordia, dulzura y compasión
cuando llegue el final de mi destierro,
llévame a la morada de tu hijo, el Redentor.
Emma - Margarita R.A. - Valdés
MACARENA