Ternuras tus manos
Ofreces tus manos heridas,
por necia crueldad,
y un cántaro en ellas
desborda de amor y de paz.
Prontas a caricias al alma,
curan, arropan, protegen,
tus benditas manos, Señor.
Cálidas, entibian, curan el
dolor.
Son santas caricias
que rozan mi frente,
que sellan mis labios
los uno en plegaria,
es la Luz que me salva…
en ese silencio que une en
tu amor.
¡Benditas tus manos, Señor!
María del Carmen Menéndez
García
MACARENA