Conversando contigo, Señor
Presumo que me escuchas.
Que mis oraciones te llegan,
pues navegan anhelantes de tu luz.
No sé, si te agobio,
a veces me pierdo
cuando los pensamientos
olvidan la letra de un Padre Nuestro.
Tu Madre, que es también la mía
por ese legado que abriga ,
a veces presiento
que es tanta mi letanía
rogando por todos, hincada a sus pies
que olvida mis ruegos, quizá, no lo sé…
Hoy fui a tu casa de puertas
abiertas,
te vi en el altar sublime figura
y fue ahí, donde comprendí mi fortuna,
al sentir que habitas cálidamente
en mi corazón.
Estoy a la espera en que tú decidas
que hago conmigo y mi desazón.
Soy consciente de mis olvidos
mas tu comprendes que es níveo error.
Y María, tu Madre, la mía,
también me perdona
cuando me disperso en un Ave María.
aún a sabiendas cuán grande es mi Fe.
© María del Carmen Menéndez García
MACARENA
Es una preciosidad Mari Carmen. Es una conversación más que bonita, llena de amor, fe y sentimiento. Gracias por lo que transmites y un abrazo inmenso amiga.
ResponderEliminarGracias a ti Pepe. Te sigo amigo.
ResponderEliminarCariños.