Contempla por unos segundos el puntito blanco de su rostro, parpadea y te acompañará...
Tu
rostro ilumina…
Al
nacer el día, te encuentro,
tomo tu
mano, y me llevas…
camino
de horas, y me das tu fuerza.
A veces
decaigo, a veces reniego,
y al
mirar tu rostro, renazco,
me
miras con dulzura, perdonas,
mis
ojos lloran, tus manos sostienen.
Al caer
el tiempo, y el crepúsculo anida,
tu luz
alumbra mis pasos, voy…
voy hacía
ti, y en tu regazo descanso,
y sueños con alas se elevan al cielo.
Engarzo
las perlas que caen y brillan
y rezo
en silencio diez Ave María,
y amo
tu rostro, y un Padre Nuestro
te digo
de hinojos, repito el misterio
con el
Gloria al Padre, que marca el sendero…
Y es el
Dios te salve, a mi Reina y Madre,
que
ruego te lleve el mensaje
de
Misericordia, que cubra mis días
de tu
amor eterno, en vida y dulzura…
Al caer
el día, divina esperanza en Tu amanecer…
María
del Carmen Menéndez García
MACARENA